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terça-feira, 3 de julho de 2012

Acerca de la música y las campanas



[Texto adaptado por José Gálvez Krüger para la Enciclopedia Católica tomado de Lobera, Antonio “El Porqué de todas las ceremonias de la Iglesia” Ignacio Porterr, Impresor y Librero 1769 / http://ec.aciprensa.com/wiki/Simbolismo_del_Templo_cristiano.]

La música, dice el Eclesiático, aprovecha para la salud corporal; es remedio para la melancolía, siendo de grande excelencia al espíritu. Así Eliseo, como dice el libro de los Reyes, para profetizar mandó que le cantasen. La música también, incita a alabar a Dios, y a placar la ira divina, como lo señaló San Agustín. Por eso los gentiles la usaban en los sacrificios y exequias. David nos incita a alabar a Dios con ella, tal como hoy lo hace nuestra Santa Madre la Iglesia.
Respecto del origen la música las Sagradas Escrituras dicen que Tubal, quinto nieto de Caín fue Padre de los que tocaron la cítara y órgano. A partir de esta frase se supone que ya antes había Música o instrumentos músicos. En el Antiguo Testamento nos consta que desde el Rey David; en el libro de los Reyes, nos dice el Salmo 150 que alabemos al Señor con trompetas bien sonoras, con el salterio y la cítara, con el harpa y el órgano, y con todos los restantes instrumentos músicos. El rey Salomón (Lib 4 cap 34) mandó que al son de los instrumentos se cantaran al Señor Himnos y Cánticos en todos los sacrificios. En la dedicación del Templo, los levitas cantaban himnos y versos, que compuso David, con instrumentos, según se lee en las Crónicas (Lib 2 Cap 7).